The Grand Budapest Hotel, melancolía brillante para los sentidos.

Tiene un momento para hablarle de la nueva película de Wes Anderson?

Bueno sí, soy fan. ¿Y cómo no? detallista hasta tal punto que me hace sospechar que sufre de OCD (no del que está de moda y se ve lindo en Pinterest, sino del serio, del diagnosticado por un profesional, no por Buzzfeed) los detalles en sus películas son cuidadosamente predeterminados para ser parte del gran todo de cada historia que cuenta. No me interesa que se haya vuelto parte de la masiva cultura «hipster», sus relatos cargados de una peculiar cotidianidad son hermosos: las historias, los personajes, la música, la química entre actores y actrices, iluminación, tomas, colores, tipografía… TODO, los disfruto de principio a fin.

Cuando fui al cine esperaba otra linda película de papi Anderson,  pero no.

*** SPOILER ALERT*** si aún no la ha visto,  siga leyendo bajo su propia responsabilidad.

Lindo el retomar el recurso narrativo de una historia dentro de otra historia, dentro de un relato (detalle que no llama la atención, sino más bien se nos hace familiar a los seguidores de Anderson). Esta forma de contarnos los sucesos, nos ambienta en los primeros minutos dentro de esa melancolía de la que están hechos los recuerdos guardados con cariño, lo que atrapa, pues todos tenemos unos cuantos guardados que nos iluminan la mirada.

Diferente a otras de sus historias, esta es más dinámica: pasan muchas cosas, logra ser divertida, violenta, absurda, triste, familiar … brillante.

Se trata de Gustave H. el dedicado concierge del Grand Budapest Hotel, quien, gracias a llevar más allá su pasión por que los huéspedes se sientan cómodos, se ve inmerso en una serie de eventos contados a una gran velocidad, tanto que si uno no está atento, corre el riesgo de perderse de bromas inteligentes tejidas entre diálogos y referencias de todo tipo en las escenas (definitivamente vale la pena verla más de una vez).

Con cierto tono de humor oscuro, presenta temas humanos representados en los personajes o en su interacción, como la avaricia (las hermanas y el hijo de Madam D.), la soledad (Madame D.), la guerra (Heckels), corrupción (Jopling), bondad (Sergei), amistad (Ludwig), lealtad (Kovacs), la ilusión del primer amor (Zero y Agatha), la decadencia del amor (Madam D. y Dmitri), entre otras (les dejo el espacio para que las descubran 🙂

El reparto es increíble. Aunque no todos pueden tener brillar en un papel protagónico, cada uno de ellos le aporta personalidad a quien interpreta. Me encanta que estos profesionales en el arte son escogidos no necesariamente por su renombre (aunque ayuda, obvio), me gustaría pensar que hay un norte más allá de la pretenciosa idea de llenar bolsillos, sino más bien en lo que el talento pueda hacer en función de la historia: como cada trazo en una pintura impresionista, de lejos se pierde y solo se contempla la obra completa, estas personas enriquecen a su personaje con cada gesto y hacen más grande a la película.

Yes, my darling?

Ralph Fiennes es mi favorito: aunque ya le había admirado por su papel en «The English Patient», «Schindler’s List» y «Red Dragon», el personaje de Mr. Gusteau es definitivamente mi favorito. Me morí de risa con la primera escena en el tren, justo antes de que los agarren a golpes para tratar de llevarse a Zero, de su expresión al volver a ver a los lados a la expectativa :’D. También amé cuando se compara con «boy with apple» (can you see the resemblance?) LOL. ¿No les parece que es Mr. Fox hecho humano? A mi sí <3

Ni qué decir de la dirección de arte, simplemente impecable. Una vez más la paleta de colores es un personaje más en la historia. Cada detalle está cuidado para ser el vehículo que lleva a la narrativa de la mano. Cada escena es una obra de arte que merece ser vista por separado.

La música acompaña todo también sin ningún fallo: da la intensidad deseada, crea sorpresa inclusive cuando se sabe qué va a pasar (como cuando sacan la cabeza de la canasta, casi me da un infarto).

Definitivamente, cada film que Wes Anderson hace, perfecciona más su arte. En este, todo está orquestado a la perfección… no me imagino qué más hará después, pero no puedo esperar. Si son fans, vayan a verla, es sin duda su obra cumbre hasta el momento. Si no, vaya igual: es diferente. Tal vez no trate temas triviales, como aclarar si Dios existe o el significado de la vida, pero le va a dar un rato muy divertido e inesperado de todas formas.

¿Saben qué me gustó tanto igual que la película? Ver la sala llena de gente. Sí, gente: no sólo de los que lo admiramos con locura molesta, o de los trendy (más molestos aún), sino que había de todo 😀 como cualquier película en cualquier cine del país. Me da esperanza de que comercialmente hablando, se puedan ver en un futuro cercano en cualquier mall y así que, películas consideradas «para cierto público» lleguen más allá e inspiren mucho más en lugares inesperados 🙂

Mientras tanto, tengan seguro que la noche de los Oscares voy a estar haciéndole porras a grito pelado a mi crush audiovisual Anderson.

 

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