6 lecciones de vida con Studio Ghibli

ghibli

Hayao Miyazaki dijo una vez que el hecho de existir implica “perder la posibilidad de ser otras innumerables personalidades potenciales”. Si tomamos esa idea como punto de partida en el contexto de las diferentes películas que han nacido en Studio Ghibli, no es difícil asociar cada historia y personaje con esa oportunidad de vivir a través de otro ser.

El legado histórico y social que Hayao Miyazaki e Isao Takahata construyeron como fundadores de uno de los mejores estudios de animación del mundo es, a mi criterio, más que extraordinario, sagrado.  Así es como hasta suena absurdo pretender enumerar algo tan grande, sin embargo hoy quiero compartir con ustedes 6 lecciones que podemos aprender con Studio Ghibli, porque es otra manera de agradecerle al destino por ponerlo en nuestras vidas.

6. Las apariencias engañan

Los monstruos no son precisamente malvados así como la belleza no necesariamente es sinónimo de bondad.  Detrás de cualquier rostro, por más desagradable o extraño que sea, hay un ser cuya historia define su manera de ver al mundo y de tratar a los demás.  Tenemos así a Porco Rosso: un piloto que a raíz de un hechizo tiene cara de cerdo pero un corazón de oro; y a Totoro: un descomunal espíritu del bosque que ayuda a dos hermanitas a asimilar la enfermedad de su madre.

porco-rosso

totoro

5. Comer es un placer

La comida en las películas de Ghibli es particularmente apetitosa, más de lo normal tratándose de una animación.  Ya es costumbre ver a los protagonistas disfrutar de alimentos preparados de una manera tan exquisita que nos hace desear probarlos. En lo personal, este es uno de los detalles que disfruto más de cualquier animé; a los japoneses parece encantarles el buen comer.  Dos buenos ejemplos de esto son: Calcifer (Howl’s Moving Castle): un demonio de fuego que, contra su voluntad, es usado para cocinar; y Ponyo: una niña-pez que ama comer jamón.

calcifer

ponyo

4. El amor como un medio, no un fin

Las historias de amor al estilo Ghibli no están libres de romance y pérdida.  Las parejas memorables en estas películas no siempre tendrán un final feliz, pero nos permitirán atestiguar un cariño y adoración intensos de manera fantasiosa y creíble a la vez.  El amor como un camino de superación individual para sus personajes traslapa el concepto del mismo que nos ofrece el cine tradicional.  Dos de mis parejas favoritas son: Howl y Sophie (Howl’s Moving Castle), Noko y Jiro (The Wind Rises), la última película de Miyazaki antes de anunciar su retiro el año pasado.

sohpie

jiro

3. Los niños son el futuro

Que no suene a lugar común, la niñez es un tema importante para Studio Ghibli.  Una buena mayoría de personajes en sus películas son niños y niñas que enfrentan situaciones poco comunes o difíciles.  Miyazaki se ha referido a los niños como herederos de la memoria histórica y al considerarlos miembros importantes de la sociedad, aboga por un trato honorable para ellos.  Algunos pequeños inolvidables cuyas historias conquistarán el corazón de cualquiera son: Seita y Setsuko (Grave of the Fireflies), dos hermanos que deben enfrentar solos la brutal Segunda Guerra Mundial; y Kiki (Kiki’s Delivery Service) una niña aprendiz de bruja que decide abandonar la casa de sus padres para desarrollar sus capacidades.

fireflies

kiki

2. Cualquiera puede ser un héroe

Si bien es cierto que Studio Ghibli no se caracteriza por ser predecible, es usual que el personaje menos pensado resulte ser el salvador del día.  Estos héroes inesperados sacan su fuerza desde adentro al hacerle frente a circunstancias fortuitas, mientras nos sorprenden con su valor y perseverancia.  Ellos son el modelo a seguir para cualquier persona pues son un ejemplo concreto de simplicidad y fortaleza. Una heroína muy querida por el público es Chihiro (Spirited Away) una niña de 10 años que busca la manera de romper un hechizo en el cual se encuentran atrapados sus padres; y Pazu (Castle in the Sky) quien no se imaginaba las aventuras que tendría que recorrer luego de conocer a una chica que cayó del cielo.

chihiro

pazu

1. Una mujer no necesita ser rescatada

Mi lección preferida.  A diferencia de lo que estamos acostumbrados a ver en animaciones occidentales, para Studio Ghibli las figuras femeninas no son seres desvalidos en espera de alguien que las libere de algún tipo de problema, por el contrario, ellas van a tomar la iniciativa y van a luchar por lo que sea que crean, con todo ánimo y corazón.  Tal y como el mismo Miyazaki expresa: “Necesitarán un amigo, o un partidario, pero nunca un salvador. Cualquier mujer es capaz de ser una heroína tanto como un hombre.” Son referencias importantes: La Princesa Mononoke (Princess Mononoke), una joven guerrera que fue criada por un Dios-Lobo del bosque y Nausicaä (Nausicaä of the Valley of the Wind), la princesa del viento que al ser amante de la naturaleza debe defender a su reino.

mononoke

nausicaa

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