Leyendo entre líneas: El Exorcista

El terror es una forma ideal de presentarle ideas a la gente sin convertirse en un viejo aburrido que solo quiere hablar de política e ideología. Las mejores historias de zombies que atacan a grupos étnicamente diversos, asesinos en serie con complejo de Edipo y aliens extra-fálicos son una fachada para que los autores expongan sus ideas sobre la fragilidad del tejido social, la identidad macabra que todos ocultamos y la violencia sexual de la sociedad.

droppedImage(Ley matemática del horror: Dos adolescentes cualesquiera que se encuentren en pleno coito serán desgarrados brutalmente por una fuerza igual o mayor a los golpes que da la cama a la pared.)

El género del terror es mucho más conservador de lo que quiere aparentar; siempre castiga el sexo y el libertinaje, las mujeres (con notables excepciones) cumplen el rol de ser contenedoras de sangre a presión lista para embarrar una pared y los adolescentes fuera de control son el platillo favorito de los depredadores de todo tipo. El miedo es el sentimiento que nos dice NO TOQUE, el mensaje que repiten los padres de familia, las monjas y las profesoras no-sexy de mi colegio (las sexy ni me hablaban).

Ya hablando en serio, una película tiene que leerse en sus circunstancias. Mi película favorita de terror #1 es sin lugar a dudas El Exorcista, puntos extra a la versión en la que la niña baja las escaleras como una araña endiablada. Esta cinta debutó en 1973 y causó un gran impacto por su violencia hacia sensibilidades religiosas. Un resumen sucinto: “Una pre-adolescente poseída por Satanás se masturba con un crucifijo” (sentí asco al escribir eso). Esas escenas impactantes del ritual del exorcismo fueron los juegos pirotécnicos que esconden un mensaje mucho más terrenal y no por ello menos macabro: esta película plantea que el feminismo debe ser castigado.

droppedImage-1A esto se refieren con “los peligros de la ideología de género”

Verán, mucho antes que el padre Merrin llegue en taxi a esa famosa casa de Washington, la película plantea una historia bizarra para los 70’s que es totalmente normal en la actualidad: Una madre soltera balancea a duras penas su vida laboral, familiar y amorosa sin depender de un hombre en ninguno de estos aspectos. La madre de la niña poseída es una actriz famosa de Hollywood con una carrera respetada, ella está divorciada del padre biológico de su hija y aún así lo llama por teléfono para regañarlo por ser un pésimo papá. También tiene un novio, “nada serio” en sus propias palabras, y una relación muy horizontal con su hija perfecta que no juzga su vida de mujer moderna. Todos los retrógradas se morían de ganas por arruinarle la fiesta, y usaron la técnica más antigua para hacerlo: El Diablo vomitándose sobre las sábanas.

Captura de pantalla 2013-10-28 a la(s) 22.39.38Las pesadillas tampoco se quitan, solo se van destiñendo

Al final de cuentas esto es solo mi interpretación, que es una entre muchas. Hay otros elementos que pueden explicar la posesión como que la niña jugaba con una Ouija, que ella era solo un canal del Diablo para llegar al padre Merrin, que la historia trata del encuentro del padre joven con su fe. En fin, cualquier lectura es válida siempre y cuando esté bien justificada y siga las reglas de la lógica, porque si no podríamos terminar con la cabeza dando vueltas.

2hqwfszAunque sería una buena forma de romper el hielo en las fiestas

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